En «La abadía de Northanger» Austen nos invita a vivir otra de sus historias románticas. La premisa es la de siempre: chica de escasas posibilidades se enamora de chico de familia rica, y tras salvar algunos obstáculos y malentendidos, triunfa el amor.
Sin embargo, en esta ocasión, aún siendo la que más me apetecía leer de todas sus novelas, he de reconocer que no me ha cautivado demasiado. Quizá sea porque la protagonista, Catherin Morland, se me antoja demasiado inocente, demasiado infantil para imaginarla loca por encontrar marido. Por su parte, el galán, Henry Tilney, aunque más maduro, me parece demasiado serio para ella y se describen en la novela muy pocos momentos de complicidad entre ambos como para poder llegar a pensar que él siente algo por Catherin.
Pero he de decir que sí hay un personaje en este libro que está muy bien logrado. Isabella Thorpe, con todo su ladino encanto, sus jugarretas mal disimuladas y su evidente hipocresía, ha conseguido por méritos propios hacerle sombra a la encantadora señorita Morland y resultar más interesante que ella. Una pena que la autora no decidiera escribir una novela contando sus aventuras y desventuras, pues indudablemente hubiera resultado mucho más entretenida. Una auténtica pena.
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Tralla Literaria 